El proyecto recogerá evidencia sobre la naturaleza interconectada del manejo sustentable de una extensa red de canales de irrigación en el ecosistema de Puna, localizado entre 2000 y 4000 metros sobre el nivel del mar que depende del agua de los glaciares que se están retrayendo debido al calentamiento global, y la viabilidad de la agricultura en las zonas altas y en los valles costeros donde casi 135 000 hectáreas están siendo irrigadas con agua de la cuenca. La invasión gradual y la destrucción del ecosistema de Puna representan la mayor amenaza a la viabilidad de la agricultura y seguridad alimenticia en esa vasta área. Mientras que en otras partes de los Andes el agua que alimenta los ríos viene directamente del derretimiento de los glaciares, en la Cordillera Blanca el agua de los glaciares, la nieve o la lluvia son recolectados primero en las ciénegas del suelo de Puna. El ecosistema de Puna actúa como una esponja gigante que retiene el agua y la suelta lentamente. Recomendaciones basadas en investigaciones serán desarrolladas para el manejo sustentable de pastizales nativos en el Puna, con el fin de mantener su capacidad de retener y regular el agua. El proyecto instalará un sistema de monitoreo compuesto por los granjeros para evaluar la salud del ecosistema de Puna de manera recurrente, y entrenará a jóvenes investigadores en la metodología de acción-investigación relacionada con el manejo sustentable del ecosistema de Puna. El proyecto también pondrá a prueba enfocadas a incrementar la producción de los subproductos del ganado como incentivos económicos para motivar a los hogares y comunidades de granjeros a conservar esos ecosistemas, incrementar el área total de mejora de pastizales nativos, y facilitar y asegurar la seguridad alimentaria y generación de ingreso. El proyecto hará conciencia pública a nivel local, regional y nacional sobre el valor estratégico del ecosistema de Puna para la sustentabilidad agrícola en los Andes.