Los Yapuchiris (que en Aymara significa “agricultores expertos”) trabajan por satisfacer la mayor parte de las necesidades tecnológicas de los pequeños agricultores mediante procesos compartidos de reflexión e intercambio de conocimientos, donde se combinan el saber local y el científico. La primera fase de este proyecto demostró que 40 Yapuchiris han sido efectivos en sus propias comunidades en un grado limitado y variable. Mediante ofertas de asistencia técnica llegan a entre el 10% y el 50% de las familias de sus poblaciones. El alcance limitado de los Yapuchiris se atribuye a la tendencia de los miembros de la comunidad a solo reconocer como expertos a los forasteros, y a los altos niveles de migración que han hecho insostenibles los modelos más intensivos de investigación participativa o de asistencia técnica. En respuesta a esto, los Yapuchiris empezaron a experimentar con otros mecanismos de socialización tales como las parcelas demostrativas, el asesoramiento en ferias comerciales, la prestación de servicios de fumigación con insumos agroecológicos, la venta de bioinsumos y el trabajo en escuelas locales. Estas otras alternativas han generado una demanda de los servicios de los Yapuchiri por parte de los gobiernos locales de otros municipios y de las agencias de desarrollo e investigación. Sin embargo, para que los Yapuchiris puedan ser contratados por estas otras entidades necesitan una certificación formal de sus conocimientos. Así pues, la segunda fase que se está proponiendo para el proyecto se centrará en formalizar, consolidar y ampliar las competencias de los Yapuchiris mediante la creación de un plan de estudios modular y una escuela al aire libre.