En todo el mundo actualmente se conoce la quinua (Chenopodium quinoa Willd.) como un excelente alimento. Ésta ha sido domesticada entre Bolivia y Perú y se utiliza en platos tradicionales en los Andes como la mukúna y la quispiña. La mukúna parece una albóndiga y la quispiña es similar a una galleta. A pesar de todos los beneficios con los que contribuye en la alimentación de las personas en los Andes, los productores de quinua experimentan diferentes problemas biofísicos (e.g., heladas, vientos, y efectos del cambio climático), sociales (e.g., migración) y económicos (e.g., caídas en los precios internacionales). PROINPA ha estado investigando durante varios años como manejar estos problemas usando como una de sus estrategias el mejoramiento del cultivo de la quinua. Nuestro compañero Alejandro Bonifacio (PROINPA) nos compartió sus experiencias alrededor de la quinua en Bolivia.
Alejandro nos contó que la investigación en quinua en Bolivia ha sido liderada por H. Gandarillas y en Peru por J. León y J.L. Lescano entre otros desde las décadas de los 60’s y 70’s. En el 2013, se celebró el año internacional de la quinua con el objetivo de revalorizarla y posicionarla como un alimento importante para la seguridad alimentaria. Sin embargo, estos esfuerzos causaron efectos no esperados: el precio de la quinua comenzó a caer para los productores bolivianos y empezó la necesidad de competir con otros países que tienen mayores niveles de producción y posibilidades de inversión.
En términos de investigación, Alejandro nos contó que el genoma de la quinua ya fue secuenciado y que se tiene la hipótesis que la cañawa (Chenopodium pallidicaule Aellen) podría haber aportado con un subgenoma como un progenitor ancestral de la quinua. Además, nos mencionó que existe una gran diversidad de variedades de quinua (Figura 1) que tienen diferentes colores, formas de plantas y tamaño de grano, y diferentes contenidos de saponina. Sin embargo, la diversidad de quinua sufre de problemas epigenéticos que se refieren al cambio de las características fenotípicas de las variedades debido al estrés ambiental. Por ejemplo, la quinua dulce se vuelve amarga. Alejandro nos indicó que existe un pariente silvestre de la quinua que se llama Ajara. La Ajara es de grano negro, su ciclo es muy precoz y tiene mayor contenido de proteína. La Ajara tiene un gran potencial para ser incluida en sistemas de mejoramiento de variedades de quinua. Alejandro nos compartió que existen tecnologías ancestrales para el manejo de la quinua, como la remoción localizada o la siembra en hoyos. Sin embargo, también mencionó que los contextos actuales están influyendo en las prácticas de los productores que han pasado de sembrar quinua en las laderas a las planicies – que son zonas de pastoreo – y que hoy en día existe una reducción en la población de llamas.
Los esfuerzos de PROINPA en mejoramiento de variedades de quinua están enfocados en estos contextos complejos. Ellos están haciendo un esfuerzo por desarrollar nuevas variedades de quinua resistentes a enfermedades (e.g., mildiu), y a factores abióticos como las heladas, las sequías y el granizo. A más de desarrollar nuevas variedades, nuestros compañeros de PROINPA están buscando la integración de la quinua con otros rubros como leguminosas y fortalecer la integración de este cultivo con el sistema agrícola local. Así ellos están probando sistemas de rotación con quinua, coberturas de suelos, descansos mejorados, barreras multipropósitos y usar los subproductos de la quinua como forraje para los animales.
Figura 1. Campos de quinua en Bolivia.
Este blog fue escrito con apoyo de Alejandro Bonifacio y Wilfredo Rojas (PROINPA)
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