Relatoría Seminarios 3 y 4

 

Resumen de IV Redes: CCRP, Arequipa

 Martes 10 de julio del 2018

 María Quispe, Prosuco

 Red de Observadores agroclimáticos: Hacia la construcción de los servicios agroclimáticos

 Están generando conocimiento sobre el cambio climático con los yapuchiris. Tienen 18 observadores en 16 comunidades en el Altiplano. Han hecho el registro de pronósticos locales de clima durante 2 a 3 campañas. Ahora pueden comparar los pronósticos con los resultados

 A los agricultores les interesa la lluvia. Si es normal, atrasada o temprana. Las heladas también les interesan. Con esa información los agricultores generan recomendaciones sobre la fecha de siembra y otras. Si va a ser una siembra adelantada, donde sembrar, el éxito de la cosecha.

 Los yapuchiris usan el Pachagrama para registrar el tiempo cada día. Miden los rendimientos: si ha sido un año bueno, año normal y año malo.

 El Pachagrama no mide ml de precipitación, sino días con precipitación. Cada comunidad tiene distintas necesidades de lluvia.

 Los datos de cosecha ratifican lo pronosticado con el Pachagrama. En 2016 2017 en Garci Mendoza, dijeron que el cosecha de quinua iba a ser entre normal y buena. Y así era.

 El monitoreo agroclimático podría ser parte del sistema de alerta temprana.

 El hipótesis es que el monitoreo ayuda a planificar la producción.

 Edwin Yucra, Universidad Mayor de San Andrés

 Manejo de riesgo relacionado con el clima en los andes

 Objetivos:

  • Consolidar una red de agricultores

  • Analizar la base atmosférica de los indicadores climáticos

  • Analizar la influencia del conocimiento climático local en el sistema productivo

  • Evaluar el comportamiento fenológico del principal cultivo

Método:

Levantaron información a través de encuestas y seguimiento de entrevistas. Lo más importante era la participación cotidiana en el sistema de decisión de los agricultores. Se sistematizó el trabajo con los agricultores por WhatsApp.

Trabajan en tres municipios, Ancoraimes y Batallas en el Altiplano Norte y Umala en el Altiplano Centro.

Hicieron una encuesta a instituciones estatales.

Los agricultores hacen un diagnóstico a largo, mediano y corto plazo. A largo plazo deciden qué sembrar, cuando y donde. A mediano plazo (a un mes) preparan para eventos extremos, piensan cando sembrar u cosechar. A corto plazo (de unos tres días) piensan en quemar, regar, cohetes etc. Luego en aplicar biol, urea, fungicidas etc.

 En varios casos el diagnóstico ayudó a las comunidades a evitar pérdidas, por ejemplo cosechar para evitar ataques de polillas. No hicieron chuño porque el diagnóstico les avisó que iba a llover.

 Los agricultores usan el teléfono para llamadas, pero también para pronóstico, SMS, y para enviar fotos y mensajes entre ellos sobre escarcha, flores etc. por WhatsApp, Facebook, internet. Algunos usan el Weather Underground para sus pronósticos.

 Los agricultores investigadores quieren mejorar su producción, e hicieron pruebas con biol. Intercambian experiencias entre ellos. Usan la información sobre vientos para mejorar su trillado.

 Los agricultores dicen que la lluvia se está retrasando. Los investigadores tomaron datos de 16 estaciones de clima de los 1980. Efectivamente las lluvias se han pasado de octubre y diciembre a enero y febrero. Las lluvias son más erráticas. Pueden caer heladas y lluvias no esperadas que dañan a los cultivos.

 Este proyecto ha mostrado que los agricultores pueden generar e interpretar datos. La variabilidad del tiempo en el Altiplano es impredecible y puede afectar la producción. Eso es independiente de la capacidad de los agricultores de pronosticarlo.

 Yesmina Cruz y María Omonte, Vecinos Mundiales

 Centros infantiles y su relación con la nutrición en la primera infancia. Estudio de caso en el Cono Sur de Cochabamba, Bolivia

 Primer hallazgo. Los niños que asisten a los centros infantiles tienen peor salud que los que no asisten. Hay desnutrición crónica en los centros: los niños son de baja talla, especialmente en 36 a 47 meses de edad.

 Segundo hallazgo. Hay más desnutrición en zonas más remotas, en centros donde los niños caminan más tiempo. En tres de los 25 centros caminan más de una hora para llegar. Si no hay transporte público, la desnutrición es peor.

  Tercer hallazgo. La motivación de los padres es importante. En algunos centros los padres aportan dinero o alimentos.

 Cuarto hallazgo. Si hay mal acceso es difícil hacer llegar los alimentos.

 En la normativa el, departamento de Cochabamba (SEDEGES) debe dar alimentos secos como leche, harina, aceite, api, arroz, fideo, atún, quinua, lenteja. Los padres de familia deben dar alimentos locales. El Gobierno municipal debe dar verduras como zanahoria, cebolla y tomate.

 Todos los centros reciben casi el mismo lote de alimentos, sin tomar en cuenta la disponibilidad local ni el nivel de desnutrición infantil. La cantidad de alimentos depende de la cantidad de niños.

 Cocinan demás porque tienen hijitos. A veces los alimentos no llegan a tiempo o no son suficientes. A veces les dan avena con leche en el desayuno y en el almuerzo.

 Los municipios no quieren perder el ítem, que viene de los gobiernos departamentales y municipales. A veces registran niños que no van al centro. Aun así no les alcanzan los alimentos.

 Las responsables no reciben suficiente capacitación. Y 12 de las 25 solo han pasado primaria. Solo ganan $100 el mes.

 9 centros tenían aula, cocina, comedor, baños, sala de descanso. 16 eran casas comunales adaptadas al centro. No eran aptas.

 En resumen. La distancia influye, influye la dotación de alimentos, la capacitación y el seguimiento, el presupuesto, la planta física. Desnutrición crónica es 21.2% de los que asisten y 17.2% de los que no asisten.

 Los padres mandan sus niños para la educación, para ser guardería. Pero en la práctica el estado nutricional de los niños no es relevante para los padres ni para los responsables. No hay buena planificación, ej. para hacer llegar los alimentos. No hay capacitación para las educadoras. El aporte local es fundamental para las wawa wasis.

 Walter Fuentes, Fundación Valles

 Incidencia de micotoxinas en maíces destinados al consumo de la familia producidos con el sistema SIPCMMA

 Hay tres clases de micotoxinas: aflatoxinas, fumonisinas y zearalenonas. Dañan hígados, pulmones, en animales y gente. La norma boliviana establece máximo de 4 ppb de aflatoxina y 1 ppm para las otras clases.

 Objetivo era monitorear la incidencia de micotoxinas en maíces nativos destinados al consumo de la familia.

 Han hecho un diagnóstico en 2012-2013 en Mizque y en Villa Serrano con una muestra de 57 hogares. La segunda, después de implementar SIPCMMA en 2015-16 con muestra de 174.

 Extrajeron una muestra de 1 qq. Sacaron un kg de maíz, y lo llevaron al laboratorio para el análisis

 5 géneros de hongos. Fusarium, Penicillium, Cladosporium, Rhizophus, Asperillus.

 Hay micotoxinas en maíz, en 100%, de fumonisinas y zearalenonas. Los niveles de aflatoxina y zearalenonas estaban por debajo de los límites, pero eran muy altos para Fumonisinas.

 Desarrollaron el SIPCMMA, que es un conjunto de buenas prácticas. En la cosecha se recomienda hacer 1. una cosecha oportuna 2. secado adecuado 3. pelado y selección de mazorcas. 4 desgranado y selección del grano y 5. Un buen almacenamiento.

 Han difundido el SIPCMAA en las comunidades.

 Durante el segundo estudio, en 2015-2016, la incidencia ha bajado. Se redujo la fumonisina en 30 a 50%. Ahora el valor más alto es de 12 ppm, antes era más de 100. La presencia de las fumonisinas ha bajado de 100 a 36%. El 36% son más altos que lo permitido, pero no tan altos.

No se sabe si se puede sostener esta reducción. Por la migración ya no hay mano de obra. Es un clima con neblina. Algunos que adoptaron el SIPCMMA lo han abandonado. Van a hacer una investigación para averiguar por qué adoptan o no. El SIPCMMA debe ser flexible y contextualizado.

Relator: Jeff Bentley

Audio Relatoria Completa